30 Oct
30Oct

Aunque pueda parecer un tema sencillo, cuidar bien nuestra piel es un asunto bastante complejo y delicado . Debemos realizar un cuidado completo; para ello lo primero y más importante es conocer cuál es nuestro tipo de piel, que es el tema que desarrollaremos en este post. 

Antes de usar un producto adecuado y acorde con nuestras necesidades, siempre nos ronda por la cabeza la misma pregunta, y es conocer bien cómo se define nuestra tez y cuál son sus características.

Para ayudarte hemos elaborado una completa guía, donde podrás encontrar las principales tipologías que existen y cómo debes cuidarlas… ¡se acabaron las excusas para lucir una piel saludable.

A continuación te damos todos los detalles:


1. Piel normal

Se considera una de las tipologías más equilibrada ya que presenta unos niveles de hidratación apropiados. Se caracteriza, por no ser ni excesivamente seca, ni demasiado grasa.

Debemos tener en cuenta que con la edad nuestros tejidos cambian y por lo tanto, siempre debemos prestar atención a cuál son sus necesidades, en función de la etapa en la que nos encontremos. A pesar de contar con una tipología «normal», es probable que con la edad se torne algo más seca, debido a la pérdida de elastina o colágeno. 

En nuestros tejidos, también afecta nuestra alimentación o metabolismo, así que es imprescindible llevar una dieta saludable, aportándole un extra de antioxidantes, Vitamina A, Vitamina C, Omega 3 y Omega 

Son característicos sus poros finos, su tono uniforme, buena circulación, apariencia lisa sin imperfecciones y suavidad. También se define por no cambiar de tono fácilmente, conservándose bastante neutra.

Cuidados de la piel normal

  • Se recomienda realiza la limpieza facial a diario, tanto por la mañana como por la noche.
  • Debes utilizar una efectiva crema hidratante que no sea demasiado agresiva. Se recomienda que su proporción de agentes hidratantes y emolientes sea similar, ya que de este modo conseguiremos restaurar sus cualidades grasas y añadir suavidad.
  • La exfoliación facial hay que realizar una vez por semana o en su defecto, una vez cada 10 diez días.

2. Piel mixta

Se encuentra a mitad de camino entre los tejidos más secos y los grasos. Son evidentes las zonas donde hay una mayor cantidad de grasa y las zonas que se presenta una mayor sequedad. De una forma general, suele presentar mayor grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla) y una mayor sequedad en otras áreas como el contorno de ojos, las mejillas o el cuello. A veces, se confunde con la piel normal, ya que no suelen contar con una cantidad de sebo o grasa excesiva, si lo comparamos con las dermis del tipo grasas, haciendo más opacas (visualmente) las áreas más secas. Al contar con áreas donde se presenta una mayor cantidad de grasa, es habitual que en la zona T se presenten imperfecciones. Aunque parezcan complejos sus cuidados, siguiendo las pautas correctas será sencillo.

Cuidados de la piel mixta

  • La limpieza facial se debe realizar dos veces al día, por la mañana y por la noche.
  • Se aconseja utilizar productos que no cuenten con un exceso de aceites ni sean muy abrasivos, para evitar la formación de acné.
  • Debes incorporar a tu rutina una crema facial que sea oil free, es decir, libre de aceites.
  • Utiliza protector solar a diario FPS 50 que sea también sin aceites.
  • En las zonas con tendencia más seca utiliza productos específicos con agentes humectantes concretos, por ejemplo, en el contorno de ojos, los labios o las mejillas.

3. Piel seca

La principal característica que define a los tejidos más secos es precisamente que cuentan con unos niveles de grasa muy bajos. Presenta, por lo tanto, una sequedad que la hace muy vulnerable ante ciertos agentes externos o condiciones más extremas. Cuenta con una sensibilidad especial a los roces y es bastante fácil de alterar. De hecho, cuando se expone al roce o se frota directamente suele tender a descamarse de una forma fácil y se siente muy áspera. 

El tono de la dermis suele tender a un característico color rojizo, sobre todo en la zona de la nariz y las mejillas. Le afecta especialmente la calidad del agua, ya que si se trata de agua muy dura, hará que la sequedad sea aún mayor.Suele mostrar los poros más bien cerrados y un tono mate, muy particular.

Cuidados de la piel seca

  • La limpieza facial siempre debe realizarse utilizando agua tibia y con aceites limpiadores que la protejan e hidraten.
  • Utiliza tónicos faciales que no cuenten con alcohol, para evitar de este modo que se torne mucho más seca.
  • Utiliza serúm que tenga cualidades humectantes, que sirva de base para recibir mucho mejor los activos de tu crema hidratante habitual.
  • No olvides seguir consejos para hidratar el rostro y no descuides el uso de una crema hidratante facial. 
  • Evita exfoliar tu tez de una forma muy seguida o constante, ten en cuenta que en pieles secas se aconseja exfoliar el rostro cada quince días.
  • No incorpores productos que puedan ser abrasivos.
  • ¡Cuida y mima de una forma especial tu rostro!. Esta tipología, requiere un extra de cuidados.

4. Piel grasa

Las pieles grasas sufren de problemas de espinillas y granos, trastornos relacionados con el excesivo aumento de sebo, produciendo unos niveles de grasa más altos de lo habitual. Es común que este sebo sea perceptible al tacto y se observe una mayor cantidad de espinillas o acné. Aunque no todo son aspectos negativos, la parte positiva es que muchos de los signos de la edad, como son las arrugas, por ejemplo, son menos perceptibles, ya que la grasa presente hace que se mantenga más lisa y por lo tanto, más firme. Otra de las características que la definen es su textura, que suele ser más gruesa, los poros dilatados se ven de forma fácil en la piel y normalmente, suele inflamarse demasiado. Además, puede verse afectada por el daño de algunas bacterias, que si no son tratadas de una forma adecuada, pueden provocar infección y cicatrices. También debes tener presente que el exceso de grasa no solo será visible en la zona T, ya que estos problemas también estarán reflejados en otras zonas del cuerpo, como es el caso de la espalda, el pecho, los hombros o la zona superior de los brazos.

Cuidados de la piel grasa

  • Para evitar que los poros se taponen, limpia y desmaquilla cada día tu rostro, por la mañana y la noche.
  • Exfolia la piel una vez a la semana, utilizando siempre un exfoliante que sea suave, preferiblemente en gel líquido.
  • Aunque te resulte complicado, evita tocar los puntos negros y granos, ya que sólo conseguirás que aparezcan más o que éstos se infecten.
  • Utiliza un fluido hidratante que sea específico, que cuente con agentes hidratantes sin aceites e ingredientes que consigan matizar los brillos.
  • Evita los productos que contengan ingredientes comedogénicos, así evitarás la acumulación de impurezas y grasas.
  • Mantén una alimentación saludable en la que no se estimule la producción de sebo, incluyendo alimentos que consigan reducir las grasas.

5. Piel sensible

Para que quede muy claro cuál son las características que la definen, te damos a continuación una serie de premisas, que te ayudarán a conocer muy bien las propiedades que acompañan a este tipo de dermis:

  • Se suele ruborizar con mucha facilidad.
  • Es excesivamente vulnerable.
  • Tras utilizar un producto cosmético que no sea específico notas picazón o ardor.
  • Se altera y reacciona enseguida cuando usas cosméticos que contienen fragancias o perfumes.
  • La piel se muestra muy escamosa o irritada.

Tras conocer estas premisas, seguramente habrás podido detectar mucho mejor si realmente esta tipología te define. También debes saber que algunas de las causas más comunes que la determinan son ciertos factores ambientales y genéticos.

Cuidados de la piel sensible

  • Debes tener un cuidado especial a la hora de elegir un producto cosmético ya que tus tejidos son más propensos a la irritación, el enrojecimiento, el escozor, los ardores o los brotes de acné.
  •  Evita utilizar agentes irritantes como las fragancias o el alcohol.
  • Decántate por alternativas que cuenten con menos aditivos y productos que tengas propiedades calmantes o antiinflamatorias.

6. Piel acnéica

Se suele pensar, en muchas ocasiones y de forma errónea que esta tipología se enmarca en las dermis grasas y es que aunque comparten algunas características, cuentan con premisas distintas. La diferencia más evidente es que el tipo de acné que presentan es distinto, en este caso, mucho más agresivo. Las dermis grasas suelen ser más propensas a desarrollar acné, aunque es más sencillo de tratar. En el caso de los tejidos acnéicos las premisas cambian, ya que el acné es de tipo severo y es más resistente, incluso a los tratamientos específicos.Con frecuencia, esto se debe a un descontrol de los valores hormonales, que suelen aparecer en la pubertad, en casos de uso transitorio de medicamentos o en los casos más severos, se trata de una condición genética, un poco más compleja de tratar. Está muy presente el descontrol hormonal sobre todo en la etapa de la pubertad. Debido a la cantidad exagerada de sebo que se acumula la actividad natural de renovación celular de nuestros tejidos disminuye.Esto hace que las células muertas no sean liberadas y se vayan acumulando en nuestra tez, dando paso por lo tanto a la formación de acné. Se pueden dar cuadros infecciosos, sobre todo en las zonas donde se presenta el acné de una forma más severa, dando paso a efectos poco estéticos debido a los desencadenantes que acarrean, provocando la retención de bacterias en los poros más dilatados. Nuestros tejidos se muestran con un aspecto más sensible y grueso y la textura es desigual y áspera.

Cuidados de la piel acnéica

  • Sobre todo, se aconseja el uso de productos de limpieza facial que cuenten con activos e ingredientes muy específicos, que estén destinados a mejorar el acné.
  • Será muy importante añadir productos que cuenten con ingredientes exfoliantes e hidratantes, que consigan mejorar y evitar la formación de brotes.
  • Es aconsejable limpiar de una forma suave el rostro, para evitar de este modo que los brotes se activen y utilizar conjuntamente un producto con cualidades aclarantes, para tratar las marcas ocasionadas por el acné.
  • Se recomienda utilizar activos como el Ácido Salicílico, zinc o arcilla, entre otros.

Ahora que conoces cuál son los principales tipos de piel que existen y cuál son los cuidados más básicos y elementales que debemos añadir en nuestra rutina, es el momento de elegir los productos específicos, para cuidar nuestra piel de la mejor forma posible , en nuestra tienda onlina puedes disponer de todos los productos para llevar a cabo una rutina completa y efectiva.



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